CRÓNICA 8 K GUADARRAMA

Sábado 24 de Septiembre, carrera cerca de casa y aunque era su cuadragésima primera edición, era una nueva carrera para mí. 

Esto tiene su importancia, por no conocer su recorrido y no saber por donde transitaban estos kilómetros. ¿Tendría subidas? ¿Bajadas? ¿Asfalto? ¿Tierra? ¿Primeros kilómetros fáciles o duros? ¿Salida ancha o en forma de embudo? 

Muchas preguntas, que sólo se iban a resolver en cuanto empezara la carrera. Esto siempre tiene una doble lectura. Por un lado las sorpresas en carrera pueden ser divertidas, por otro lado, yo soy corredor que me gusta llevar los kilómetros preparados. 

Fueron doscientos cinco corredores que disfrutamos de un recorrido mixto. Un principio de subidas leves y una bajada pronunciada antes de pasar por la línea de llegada. Era el kilómetro tres, cuando atravesaba la meta por primera vez, en un circuito urbano y asfaltado. A partir de aquí empezaba lo mejor. 

A pocos metros de pasar por el centro de Guadarrama el recorrido se metía en tierra, camino estrecho y muy irregular. 

Inconveniente: llevar zapatillas de asfalto. Los tres primeros kilómetros habían sido una ayuda, ahora resbalaban y aguantar el ritmo que llevaba era muy complicado. 

Así que tocó bajar ritmo, disfrutar de los caminos de tierra, y ser precavido para no tener una caída. 

En este tipo de circunstancias siempre me digo lo mismo, correr, lo hago por disfrutar y no tener ningún percance, es una victoria. 

Se va acercando el final de carrera, volvemos al asfalto, empezamos un buen repecho y el ambiente se empieza a notar de forma positiva. 

Me acerco al centro del pueblo y los metros se van descontando. Publico muy volcado, animando la última recta. 

Paso meta, cómo siempre con una sonrisa y disfrutando de lo que más me gusta, ponerme un dorsal.