Crónica 10K Aranjuez

 Última carrera del año. Un objetivo en mente. Bajar de 48:12 en los diez kilómetros. 

Las hojas del calendario pasan rápido y se nos termina otro año. Un año donde, han vuelto las carreras. He conseguido mi objetivo de realizar una Media Maratón. Y faltaba terminar el año bajando el crono en 10k.

Sitio propicio (un recorrido llano) , rodeado de mi familia y escoltado por mis compañeros de club. 

Doce de la mañana y después de desearnos suerte, empezamos a disfrutar de un ambiente Runner. 

Esta vez la estrategia estaba más estudiada. Me iban a hacer de liebre a un ritmo de 4:45 para obtener el objetivo buscado. 

Salida por cajones de tiempo, aunque hay mucha gente y no se puede ir rápido. Consecuencia : primer km a ritmo más lento. 

Piernas y mentalidad intacta. Podemos ir más rápido y mi liebre km tras km va cuadrando los 4:45. 

Recorrido de Avenidas grandes y largas, dejando una estampa muy bonita. Se sale del centro de Aranjuez y nos metemos entre arboleda. Sopla el aire, pero nuestro ritmo no decae. 

Otra gran calle infinita que va a dar paso a los jardines. En esta calle nos cruzamos con los que ya han pasado la zona de jardines y se ve una subida que habrá que afrontar más adelante. 

En los jardines, el suelo adoquinado te lleva a otra forma de correr. Otra forma de afrontar los kilómetros que vienen por delante. 

Veo a mi liebre que ya ha realizado su trabajo, que no puede más. Ha dado todo lo podía dar. Ha hecho un trabajo inconmensurable.

A la salida de los jardines está mi hija y mi mujer animando. Me recuerda todo el apoyo que me dan. El cariño que me demuestran por lo que me gusta hacer. 

Es hora de pasar por el octavo kilómetro y mirar reloj. Situar carrera. Ver si tenemos que aumentar ritmo o seguir con el que llevo. Echar cuentas, para ver si es posible batir mí mejor marca personal. Es ese momento. 

Toca la subida que había visto antes de entrar en los jardines, apretamos dientes e intentó no bajar ritmo.

He llegado al último kilómetro, a una recta enorme. Último esfuerzo. No miro el reloj, sé que el trabajo está hecho, qué voy a realizar un buen tiempo. He disfrutado en el camino y saboreo mi mejor marca en meta. 

47:40. Se ha parado el reloj. Se ha conseguido el reto en Aranjuez y hay que disfrutar el momento. 

Espero en meta a mi compañero hoy de fatiga, que ha sacado de mí lo mejor y me ha ayudado. 

Un corredor popular tiene esto. No llega ni el primero, ni el cien. Tampoco el quinientos o el mil. Su referencia es uno mismo, y cuando uno se supera a sí mismo, sabe que va por el buen camino. 

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